El Golden Circle mide aproximadamente 300 km y es una de las rutas favoritas de turistas y viajeros que eligen Islandia como destino de aventura.

Islandia es uno de los destinos más salvajes del viejo continente: entre cascadas, cañones y géiseres, el paisaje desprende un aire lunar y mágico. Entonces, ¿dónde hay que empezar para visitar una isla que parece pequeña, pero que encierra una naturaleza tan rica? El Círculo Dorado, también conocido como Golden Circle, nos proporciona una gran ayuda.

Con unos 300 km de longitud, es la ruta favorita de turistas y viajeros que eligen Islandia como destino de sus aventuras. Se puede recorrer en coche o en transporte público en un solo día, pero si prefieres un trayecto más lento, no hay nada mejor que atravesarlo en bici, disfrutando de cada rincón.

Su gran ventaja es que simplifica el disfrute de las principales atracciones de Islandia en un breve plazo de tiempo. Es una buena alternativa para los que no pueden permanecer mucho tiempo en la isla y, por lo tanto, no pueden recorrer los 1.500 kilómetros de la Ring Road.
Círculo Dorado, Parque Nacional de Þingvellir, Geysir y Strokkur

Una de las experiencias más encantadoras consiste en alquilar un coche en Reikiavik y recorrer el Círculo Dorado desde la capital. A lo largo de los 300 km de naturaleza virgen encontrarás las paradas más bonitas: el Parque Nacional de Þingvellir (Thingvellir), los géiseres de Geysir y Strokkur, la cascada de Gullfoss y el lago del cráter de Kerid.

La primera parada es el Parque Nacional de Þingvellir (o, en inglés, Thingvellir). Se encuentra cerca de la península de Reykjanes y tiene una gran importancia tanto natural como histórica. Hasta 1798 fue la sede del primer parlamento de Islandia, el Alþingi, donde representantes de toda la isla exponían sus problemas en busca de una solución. En este lugar, en el año 1000, se decidió que Islandia adoptaría el cristianismo, y en 1940 se estableció la independencia de la isla.

El Parque Nacional de Þingvellir fue el primer parque que se estableció en el país, concretamente en 1930. Entre sus características, destaca la zona en la que se encuentra. Las placas Norteamericana y Euroasiática se tocan y la división nítidamente visible ha creado, y sigue creando, profundas fisuras en el terreno. Así cobran vida maravillas como el misterioso lago Silfra o la impresionante cascada de Öxaráfoss. El área protegida cuenta con senderos para todos los públicos, asfaltados o con pasarelas.

A unos 60 km se encuentra la imperdible zona geotérmica de Haukadalur, hogar de los famosos géiseres Geysir – que da nombre al fenómeno – y Strokkur. En esta zona, los manantiales de agua hirviendo producen repentinas y escénicas erupciones de agua y vapor. Aunque ahora está casi extinguido, Geysir está considerado el más antiguo del mundo. Durante su periodo de actividad, su chorro de agua y vapor alcanzaba los 170 metros de altura. Strokkur, por otro lado, es muy activo. Cada 8 o 10 minutos entra en erupción con espectáculos asombrosos, llegando a alcanzar una altura de 30 metros. Sin embargo, la caminata para alcanzarlos no es nada aburrida: están rodeados de charcos de tierra y barro calientes, un fenómeno sin duda insólito. Haukadalur es también el lugar perfecto para hacer una parada y entrar en calor, refugiándose en el restaurante.

Cascada de Gullfoss y el Lago del Cráter de Kerid

Siguiendo por la ruta del Círculo Dorado, es inevitable detenerse a disfrutar de la cascada de Gullfoss, la más impresionante e imponente de la isla. Su nombre significa «cascada dorada», y tiene su origen en el río Hvítá, que se une abruptamente a un cañón y conforma una doble caída de 32 metros, entre nubes de agua y potentes rugidos. Es posible disfrutar del espectáculo tanto desde arriba como desde abajo (siempre que te pongas un chubasquero para protegerte, en la medida de lo posible, del agua que levanta el salto de la catarata).

La última parada es el lago del cráter de Kerid, una pequeña masa de agua que se ha originado en el interior de un cráter volcánico. Está rodeado de paredes de roca volcánica roja, a veces cubiertas de vegetación. Los contrastes entre la naturaleza lunar, el agua y la vegetación crean un lugar mágico, perfecto para sacar fotografías. Es posible recorrer el Círculo Dorado en su totalidad en aproximadamente 3 horas, pero teniendo en cuenta las paradas imprescindibles, puede llevar hasta 6 u 8 horas.

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