Descubre cómo capturar uno de los fenómenos naturales más increíbles del mundo: la aurora boreal

La aurora boreal es uno de los espectáculos más increíbles del mundo. Es un fenómeno natural de rara belleza que todo el mundo debería ver al menos una vez en la vida. Sin embargo, la mayoría no se conforma con verla: inmortalizarla es un señuelo irresistible, para conservar el recuerdo de esos momentos y, tal vez, para convertir la foto en un precioso cuadro para colgar en casa.

Pero, ¿cómo podemos conseguir la foto perfecta de la aurora boreal? Averigüémoslo juntos.

Aurora boreal: dónde y cuándo verla

En primer lugar, ¿qué es la aurora boreal? Básicamente, es un fenómeno óptico caracterizado por bandas luminosas con formas y colores cambiantes a lo largo del tiempo, normalmente en la gama de los colores rojo, verde y azul. Se forman por la interacción entre protones y electrones solares y la ionosfera terrestre. Las partículas «excitan» los átomos de la atmósfera, que, al «desexcitarse», emiten luz de diferentes longitudes de onda. Es una explicación técnica, que no logra explicar el asombro que se experimenta cuando la aurora boreal se dibuja ante los ojos.

Las mejores zonas para ver este extraordinario fenómeno son Islandia, Alaska, Canadá septentrional, Groenlandia meridional, Laponia, Rusia septentrional y las islas Svalbard. En cuanto a la época, las auroras boreales suelen ser visibles entre septiembre y marzo. Sólo en Groenlandia el periodo es más largo, extendiéndose desde finales de agosto hasta abril. Se dice que el campamento base glaciar de Qaleraliq es uno de los mejores sitios para la observación. Sin embargo, no existe una regla estricta, especialmente en lo que se refiere a los horarios. Aunque las mejores horas se sitúan entre las 20:00 y la 1:00, puede ocurrir que se vean auroras ya a primera hora de la tarde o cuando está a punto de amanecer.

Fotografiar la aurora boreal: datos útiles y pequeños trucos

¿Has llegado al punto de observación y quieres llevarte a casa la instantánea perfecta? Con unos pequeños trucos puedes conseguirlo. En primer lugar, no esperes conseguir la foto de tu vida con una cámara compacta o un smartphone. En caso de que sólo dispongas de este último, no utilices el flash, ajusta el ISO entre 800 y 3200 y – como tiempo de exposición – mantente entre 2 y 15 segundos. Los mejores resultados se obtienen con una cámara réflex que permita configurar un tiempo de exposición superior a 10 segundos y que ofrezca la opción de enfoque manual.

Lleva siempre contigo pilas de repuesto. Cuando las temperaturas son muy bajas, se descargan muy rápidamente y es posible que tengas que cambiarlas cada 45 o 60 minutos. Asegúrate de llevar las baterías de repuesto bien calentitas, quizá en el bolsillo interior de la chaqueta. Otro elemento que debes llevar es un trípode. Los tiempos de filmación que requieren las auroras boreales son largos y un cuerpo de cámara inestable comprometería el resultado final. Por lo tanto, elige un trípode que soporte las temperaturas mínimas y colócalo de forma que el horizonte en el visor quede perfectamente horizontal, incluso al girar la cámara.

Una vez que hayas colocado la cámara en el trípode, ajusta el enfoque y saca unas cuantas fotos de prueba. Si lo ajustas con antelación, evitarás cometer errores debido a la emoción que puede provocar la aurora boreal, sobre todo la primera vez. ¿Las mejores lentes? Los objetivos gran angulares. Y no apuntes necesariamente la cámara al cielo, las mejores fotos son las que incluyen también otros elementos: una montaña nevada, una playa, los tejados de las casas del norte, etc.

Pero, sobre todo, ármate de paciencia. La toma perfecta lleva su tiempo y debes cubrirte muy bien. Vístete por capas, llevando encima un jersey de manga larga y un par de mallas ligeras de lana o material sintético (capa aislante) ropa gruesa de lana o forro polar y un par de pantalones térmicos. Completa tu outfit con una chaqueta cortaviento, transpirable e impermeable, calcetines térmicos, botas y guantes (preferiblemente dos pares: un par sin dedos para cuando tengas que utilizar el coche, y un par para la nieve para cuando estés esperando).

Aunque, con la aurora boreal delante de los ojos, el frío y el cansancio apenas se notan.